jueves, 22 de febrero de 2018

VIVA CARTAVIO


-movido con aire de huayno-
Música recopilada por Mario Baeza M.
Letra de Mario Baeza M.


Cantemos juntos, las cañas alegres con libertad
Queremos a nuestro suelo con todo el corazón, corazón, corazón.

Viva Cartavio, viva Cartavio,
Viva todo el Perú, viva Cartavio, viva Cartavio
Viva todo el Perú, Perú, Perú. Todo el Perú.


Otras referencias:
  • Esta letra y música data de los tiempos en que Cartavio era Cooperativa Azucarera por el año 1975 y se enseñaba este arte en los centros educativos, para ser más exactos en el entonces Colegio Cartavio.
  • Documento entregado por mi hermana María Núñez de quien aparece su escritura a mano en la primera fotografía.
  • Es sorprendente saber que antes sí había un arte musical bien arraigado en muchos centros educativos que no eran grandes urbes. Es verano de 2018, no sé cuándo retornaremos de manera eficiente a valorar lo nuestro en la música.






Fotos:
Miguel Núñez B.

sábado, 1 de abril de 2017

El puente "Nazareno"

Foto: Miguel Núñez B.
 Un verano, no recuerdo si 1990 o 1991; salíamos con un grupo de conocidos y familiares caminando rumbo a la playa "El Brujo". Cargábamos los alimentos, y si por el trayecto queríamos algo de caña de azúcar pues cogíamos del cuartel o de aquellas caídas a la pista cuando pasaba el tráiler.
En el camino habíamos pasado caminando un puente que casi no visitaba, "Nazareno". Más adelante conseguimos un camión que nos llevó hasta la playa.
A fines de 1997 se anunciaba el fenómeno "El Niño", el calor insoportable tomó rumbo en febrero de 1998. Y quién iba a pensar de mis paisanos que nuevamente ese puente debía ser visitado no para turismo sino por urgencia para transportar pasajeros y productos de mercado.
En el 2017, el puente no fue ajeno a ello. Otra vez debía cumplir su rol de Salvador de los transportistas y de gente campesina ante el fenómeno de esta vez llamado "El Niño Costero".

Visité el día sábado 01 de abril de 2017 al Sr. Víctor Solano, peluquero de la llamada Peluquería "Llerena" y aproveché me mantenga al tanto de esta infraestructura resistente a los embates del hombre y de la naturaleza. Así pues llegó un anciano, su cliente, el jubilado Teodoro Geldres Rodríguez. Don Teodoro pasó a describir lo siguiente:


"En tiempo de Hacienda, Cartavio con sus dueños Los Grace, había preocupación por las obras como el encauzar el río. Hace más de 50 años, Grace consigue contratar por buenas referencias, a una Compañía peruana que era de Lima, la misma que había hecho trabajos fuera del Perú (ejm. Bolivia). El motivo de era construir un puente.
La Compañía constructora limeña llegó a la Hacienda y recibió como mano de obra principal la del Ing. Raúl Vargas Espino un trabajador de Cartavio, quien fue mi Jefe.

Los Grace no acostumbraban a traer ingenieros de fuera si sabían que en su Hacienda habían profesionales de calidad. Es por eso que al Ing. Raúl Vargas Espino se le confió dirigir el levantamiento no sólo del puente "Nazareno" sino también del Colegio "Cartavio" y del Colegio "Chiquitoy A él acompañaron, en la parte técnica, los trabajadores que eran de acá.

El puente "Nazareno" fue hecho aproximadamente en 08 meses, la Compañía y el Ing. fueron contratados por 10 o 12 años más para el resto de obras. El Ing. Raúl Vargas Espino lo recuerdo porque fue padrino de mi boda. Él vivió luego fuera de Cartavio y hace como 4 o 5 años ha muerto".

El puente "Nazareno" en realidad fue construido en 1957 para el pase de la caña de azúcar que se hallaba al otro lado del río Chicama. El pase de los vehículos pesados de transporte de caña se haría en corto tiempo por aquí antes que hacerlo por el puente "Careaga". Por otro lado soporta una cantidad de 15 tn y no más de 40 tn que se ve cuando pasan todo tipo de exagerados vehículos motorizados al usarse a "Nazareno" como vía de emergencia.
Esta infraestructura, de 60 años e antigüedad, es de una sola vía por eso se provoca el cuello de botella o congestión con cada fenómeno de "El Niño". Así, para contrarrestar el problema llegan autoridades y pobladores de Moncada y de Nazareno para impedir que este antiguo puente colapse. Asimismo, teniendo ingredientes como fierros, cemento, etc. Se le agregó dos veredas delgadas (una a cada lado), más unas barandas de cemento. En la parte inferior tiene soportes gruesos de forma trapezoidal (ancho en la base del puente mismo y menos ancho en la superficie que choca con el río). Esto último es lo que ingeniosamente da equilibrio a manera de balanza a toda la estructura.

A manera de anécdota (2017) unos transportistas se ponían a hablar de este sencillo y guerrero puente. Uno de ellos dijo algo así: "Recuerdo cuando pasé por este puente en el 98. ¡Señores!... ¡Tenemos al Puente Macho del Norte Peruano!"...y eso que pobladores catavinos se quejan pues los actuales dueños de Cartavio no brinda el debido mantenimiento.

Foto: Florencio Chávez González

Foto: Florencio Chávez González


Foto: Elcira Pósito Sare
El cliente del peluquero Solano es el
Sr. Teodoro Geldres Rodríguez,
el mismo que relata parte de esta historia.


Fuente oral:
Teodoro Geldres Rodríguez (85 años).
Victor Solano
Miguel Núñez B.



sábado, 18 de febrero de 2017

Biografía de César Correa Estrada

César Correa Estrada de padre cartavino Don Cesar Correa Vásquez y Madre trujillana Doña Elsy Estrada. Vivió los primeros años de vida en Cartavio.
  • A los 14 años tocaba en la orquesta trujillana de Marco Silva.
  • A la vez formaba parte de grupo rockero “MEMORIES”.
  • A los 18 años emigró a Europa a aventurar buscando realizarse como músico. 
  • Estudió piano en el Conservatorio de Friburgo y la Escuela de Jazz de Berna en Suiza.
  • Ha compartido escenario con grandes artistas como Celia Cruz, Richi Ray, Luciano Pavarotti, Eddy Palmieri, Carlos Santana, José Alberto “El Canario”, Tito Nieves, etc.
  • Es arreglista de diversas producciones musicales de renombre
  • Es Director y arreglista de su propia Orquesta “Mercado Negro”
  • A la vez es Ingeniero Químico y domina 4 idiomas.
Cuando tiene la oportunidad visita su pequeña ciudad de origen Cartavio-Perú y otorga su arte que corre por sus venas; aunque a nuestra comunidad aún le falta muchísimo apreciar o valorar este rubro musical a través del piano.




miércoles, 11 de enero de 2017

Un barrio llamado "Chan Chan/Ciudad de Barro"-Cartavio

Al ocurrir un pleito entre jóvenes cuando se organizaba cierto baile en Cartavio Hacienda era casi común encontrarse con comentarios como “Se han peleado los de la Zafra/Bazar/... con los de Chan Chan”, “él vive en la Ciudad de Barro” o cuando la gente quería visitar sus corrales con alguna amistad o familia decía “¡Vamos a la granja. Queda por la Ciudad de Barro!”. Es la actual urbanización a la que llaman ‘Señor de los Milagros’ pero que en el pasado sus nombres populares originales fueron ‘Ciudad de Barro’ y ‘Chan Chan’. Al escuchar estas dos denominaciones, ha causado hoy la gracia en estudiantes o adolescentes, y quizá en algunas personas mayores se haya manifestado incomodidad pues consideran que son términos despectivos/denigrantes. Pero ¿cómo surgieron esos nombres?, ¿habrá que avergonzarse de los originales nombres o tomar a menos esas denominaciones?
Línea divisoria entre la Ciudad de Barro y Cartavio mismo
(visto desde la Av. Bracamonte).

Línea divisoria entre la Ciudad de Barro y Cartavio mismo
(visto desde la plazuelita)

Cuando partíamos a visitar una cuñada para el caserío de Sumanique, cruzaba esa pampa, terrosa, con piedras de río en el que solo había la granja “03 de Octubre”. Al transcurrir los años, a mediados de los 80's aproximadamente, vi que se demarcó la pampa con líneas blancas hechas de cal…se estaba demarcando el nuevo asentamiento humano, un terreno entregado por la empresa Cooperativa. Cartavio estaba creciendo poblacionalmente.

Al querer llegar a mi corral, ya no era fácil caminar como antes. Debía de desviar mi camino en zig zag pues habían descargado grandes adobes, piedras y tierra para preparar las mezclas. Ya se levantaban los primeros muros, pero casi la mayoría de las viviendas estaban sin culminar. Esos muros no concluidos sin ventanas ni puertas por meses parecían laberintos. Así pues observando desde una distancia prudente se tenía en mente una especie de viviendas como que fueron abandonadas y derruidas dando la apariencia de su similar la Capital Chimú, (Chan Chan)…así aparecen los nombres con que se le hizo famoso al barrio: ‘Chan Chan’ y ‘Ciudad de Barro’.

Su gente debe estar orgullosa, que a manera de Títulos Honrosos, pueda estar comparada con un lugar conocido mundialmente por su hermosa arqueología, aun con sus muros derruidos y solitarios. La formal ‘Ciudad Chan Chan’ se ubica entre Trujillo y Huanchaco; y el populoso ‘Chan Chan’ _de nuestro pueblo_ se halla entre Cartavio Hacienda y Sumanique. Es un reconocimiento a nuestros ancestros, a aquellos pescadores, agricultores y arquitectos que tuvieron contacto con el material más noble del planeta Tierra, EL BARRO (no el cemento).


Vivienda típica de la zona

Losa deportiva

Calle propia del lugar

El barrio y sus viviendas en ese sector, son características además pues presentan un hall con su huerta, árboles frutales/ornamentales, muro exterior de adobe/material de concreto, rejas de metal/madera, de un piso en su mayoría, algunas con cochera afuera, además de una losa deportiva, un parquecito infantil, una capilla y una plazuelita casi abandonada a lado del colegio Mixto Cartavio. Así pues, la zona ha recibido con el tiempo a pobladores de la sierra liberteña y cajamarquina que se han quedado a trabajar honrosamente y han formado familias. Y no solo eso, sino que este sitio debe estar con la fe católica fortalecida al ver que tienen la réplica del Amito de Marcabalito llegada el Primer Sábado de noviembre de 2015 desde Moche, la misma que a fines de cada año sale en procesión llegando hasta "Cartavio Viejo" en ida y vuelta (festividad dirigida por la familia Aguilar Briceño apoyado de una Comisión y de devotos).
Gimkana por la festividad al Amito

Verbena artístico-musical en honor al Amito

Inicio de la procesión en honor al Amito de Marcabalito

Hoy a este barrio se le llama Urb. “Señor de los Milagros”, pero no hay un origen que sustente su nombre en mi pueblo, por ser más bien un nombre cristiano de tiempos coloniales (traída de Lima) que ha tratado de aplastar a las denominaciones más autóctonas (Chan Chan/Ciudad de Barro) que a mi parecer podrán permanecer por siempre y creo yo, deben ser reconocidos en papeles formales sin vergüenza alguna, claro sin desaparecer su actual nombre formal. El barrio no se llamó ‘Cárcel’, ‘Rincón’, ‘Alambre’, ‘Cementerio’ o algo extraño y sin sentido, el barrio tiene dos denominaciones hermosas que no deben perderse en nuestros diálogos, porque las dos denominaciones antes señaladas revaloran nuestra cultura ancestral sobre un grandioso pueblo laborioso propio de la costa norte peruana.


¿Conoces el barrio? Solo basta con darte una escapada cuando quieras dirigirte a la granja o a Sumanique.
Parque infantil en la zona

La capilla católica



Por: Miguel Núñez Bartolo.
Fotos: Miguel Núñez Bartolo.

martes, 10 de enero de 2017

La granja "03 de Octubre" en Cartavio.


Ruta que años atrás era usada segurido por los criaderos, llevando los antiguos triciclos.
Era la línea divisoria entre Cartavio-sector Manzanas y la pampa donde a lo lejos se observaba la granja.


Esta calle de terreno afirmado era la puerta de ingreso por la mayoría de socios criaderos 
que venían de Cartavio Hacienda. Al fondo en lugar de casas, era solo pura pampa, cantos rodados.
Desde aquí en antaño se observaba la granja y el camino de ingreso era directo.
Mi papá formó parte de los fundadores de una granja para animales domésticos llamada “03 de Octubre”, en consideración quizá al Golpe de Estado llevado a cabo en 1968 por el entonces militar Juan Velasco Alvarado. Sin embargo, surgió su fundación en el año 1978, en tiempos de la Reforma Agraria cuando gobernaba el Presidente Francisco Morales Bermúdez quien en 1975 había sacado del poder al Presidente Juan Velasco Alvarado. Iniciado el siglo XXI cambió su denominación a “El Progreso” pues según registros, es su nombre real. Nació con la idea de criar básicamente cerdos.

Era obvio que criar animales en cantidad dentro de nuestros hogares en Cartavio Hacienda era complicado, por lo que dicho terreno serviría para contar con la cría de ganado porcino (cerdos o chanchos), ovino (que llamamos guachos) y caprino, así como pollos, patos, palomas, cuyes, conejos y pavos. Esta granja cuenta hasta ahora con 4 calles (A, B, C y D), con los diseños casi originales como dejaron sus socios fundadores. Hago la aclaración que cada calle poseía por su puesto una serie de corrales. Para traer agua potable a nuestros animales, íbamos a la acequia a un lado del primer puente que está atrás de la granja que da a la entrada de Sumanique, entonces era que caminábamos más de una cuadra ida y vuelta llevando nuestros baldes.

La granja antiguamente podía ser vista cuando acababan las casas detrás del paradero “Cartavio”, sector de las manzanas. Desde ese camino de terreno afirmado a la altura de lo que hoy se conoce como el hogar de la familia Huamán, se podía apreciar la granja a lo lejos, así que nuestro camino hacia ella era de manera diagonal, pues el sector llamado Urb. “Señor de los Milagros” no existía. El levantamiento de este gran terreno cuadrangular, fue a base a adobes muy grandes. Me contó mi madre sobre aquellos que participaron en su construcción, tuvieron por derecho los corrales que estaban más cerca al portón principal. El portón principal de metal y maderas ya viejas son testigo del ingreso y salida de sus dueños del que muchos de ellos pasaron ya a mejor vida. Los desechos de los animales, fueron depositados siempre a un lado de la carretera Industrial, y esa zona ha sido visitada en décadas por gallinazos y últimamente también por garzas blancas que van recoger algún alimento. Las lagartijas siempre pasaban entre nuestros pies.
Carretera Industrial. A la derecha restos de desechos de las que se alimentan las garzas. Al fondo, Sumanique.

Garza blanca. Foto: Google.

Primer puente de ingreso a Sumanique, de donde en antaño se traía agua para los animales de la granja (foto tomada en momentos de la construcción de la pista asfaltada). Al lado izquierdo, parte trasera de la granja "El Progreso".

Para funcionar sistemáticamente la granja, siempre se ha tenido que elegir una Directiva, donde el o la Presidente hacía su convocatoria que se publicaba en cartulina puesta en un muro de ingreso con pequeños clavos y chapas (los anuncios cambiaron al fabricarse una pizarra hecha en el muro). Cada mes, o dependiendo de la situación, se realizan reuniones de Asamblea General por lo que el día que se tiene programado dicha reunión se decide que en la mañana no se abra elportón sino en la tarde, así se asegura que la gente vaya obligatoriamente a la Asamblea (sino los animales pasarían hambre) ¡Qué creativos! La responsabilidad era compartida con dos Guardianes de turno a quienes con los pagos que hacen sus socios se distribuye el mismo entre los guardianes. Al quedar algún dinero o al faltar para realizar arreglos a la granja, era necesario aportar algo adicional, Prácticamente una especie de cooperativa.
Lugar sobre los anuncios

Una de las calles

Tipo de puertas y muros de los corrales. Calle B.

Parte trasera en el interior de la granja.
Al fondo la garita de observación para guardianía.

Camino yendo hacia el portón. Calle D.

El antiguo pozo, hoy seco. Calle D.
El muro que se observa es del perímetro externo.

Pude vivir algunos proyectos interesantes para esos tiempos más o menos a mediados de la década de los 80’s e inicios de los 90’s durante mi niñez y adolescencia:
  1. La creación de cañerías de agua en cada calle. Que tuvieron regular tiempo de existencia. El problema era que los más beneficiados fueron los socios de las calles C y D pues ahí llegaba con fuerza el agua.
  2. Conexión eléctrica de un foco de luz amarilla frente a cada calle con la idea de prevenir los robos que sucedían de noche. La luminosidad era precaria. No tuvo éxito; aunque sí se permitió el uso de una escopetas.
  3. La construcción de un gran pozo de agua, que era sacada con nuestros baldes y estos amarrados a gruesas sogas. El pozo aún sigue existiendo en la calle D, pero ya no se usa pues el nivel de la napa freática ha disminuido debido a los extensos riegos que hace la empresa en sus campos de caña de azúcar.
  4. Algunos sectores del muro exterior al no resistir el salitre y la humedad de los suelos, colapsaban. Es ahí que se consentía en levantar la parte afectada con nuevos adobes o grandes ladrillos de cemento y estos en sobrebases de cemento más resistentes al tiempo.
  5. En la parte exterior existió una pequeña huerta que nos daba sombra en tan extenso desértica zona en la que se hallaba la granja. Ahí pues se llevó a cabo la construcción de una cañería, que hoy en día ya ni agua nos otorga. Hace como tres años tal huerta dejó de existir y solo ha quedado como evidencia algunos árboles.
  6. Tal edificio era acompañado, en momentos, por los ruidosos tráileres que se dirigían o salían de la fábrica TRUPAL (empresa papelera de Santiago e Cao). La bulla estremecía el suelo debido a las piedras redondas de variados tamaños que aplastaba y que a veces salían disparadas siendo un peligro. Hoy en día debido al asfaltado de esa carretera llamada Industrial (obra municipal), no se siente tal estruendo.

Unos viejos criaderos entregaron sus corrales a sus hijos u otro familiar; otros, vendieron sus corrales a terceros. Así pues con todo el problema que aún tienen sobre el servicio de agua potable, el de poder contar con un lugar más asequible para depositar la basura, la existencia de ratas, la murmuración sobre que desaparecerá la granja para siempre…pues los socios se resisten a perder lo que en el pasado a sus ancestros les costó levantar para aprovechar como mercado pequeño la venta de sus animales y a la vez para consumo familiar con animales más sanos. Ellos aún siguen sosteniendo “son animales de corral, sanos, no esos de granja que tienen tantas ampollas y vacunas que hoy en día nos hacen tanto daño”.


Un cañito del que ya casi agua no emana.
Las mascotas que actúan como guardias, hacen uso para calmar su sed. 

Este terreno seco donde están los árboles había sido una pequeña huerta.
Al fondo el barrrio "Señor de los Milagros".

Esta es la ruta más usada. Al fondo un señor en bicicleta llevando alfalfa.


Escrito por: Miguel Núñez Bartolo.
Fotos: Miguel Núñez B.

martes, 4 de octubre de 2016

Padrino...¡CAPILLO!

        Cuando niño vi el tipo de celebración católica popular donde luego de ser bautizado de niño, caso mío en Chocope, se regresaba a casa junto a la madrina y el padrino listos para compartir alimentos, bocaditos, música, baile y lo infaltable: El Capillo. ¿En qué consistió el capillo? En la espera del padrino que todos los niños hacían para ver lanzar muchas monedas. Luego todos nos lanzábamos al piso a recoger la mayor cantidad de ellas (situación similar a la piñata en una fiesta). El capillo era pedido con fuerte voz por parte de los niños a veces un poco desesperados por las monedas. Aún tengo en mi mente cuando mi padrino tenía un elemento metálico que ordenaba monedas en filas, de todo tamaño, apegado a su cintura. Recuerdo luego que el capillo fue lanzado en la sala de mi casa hasta en tres momentos antes que los mayores empiecen a bailar a son de un tocadisco.

        Tiempo después aprecié una ceremonia similar, agregándose la costumbre del corte de pelo. Fue el caso de mi sobrino Segundo (un año menor que yo), quien tenía varios lacitos rojos en su cabeza que recogían los crespos de su cabello. Éste era alzado por sus padres, quien pasando frente a cada invitado, era cortado cada mechón y los invitados depositaban dinero por cada mechón.

        Qué te parece si leemos ahora una historia sobre el tema pero mucho más antigua.


"El bautizo era una ceremonia tradicional y parte de la vida religiosa de las familias de Cartavio. No había niño 'moro', todos se bautizaban, grandes y chicos. Todos pasaban por la pila bautismal para recibir el agua bendita. Aquellos que no se bautizaban eran motivo de burla...

¡Moro! ¡Moro!

Llegaba el sábado; niños y adolescentes, enterados de los bautizos en la casa de Zultano y Fulano se pasaban la voz y desde muy temprano por la tarde, se colocaban en los alrededores de la iglesia esperando al padrino. Él era la figura principal.

Antes, ingresaba a la iglesia, el párroco, vestido de hábito marrón con un grueso cordón blanco y un gran nudo en sus extremos, calzado de sandalias marrones con una hebilla que ajustaba su gordo y blanco pie. Era el padre Fernando Scarpasi de la Orden de los Franciscanos que se dirigía junto a los monaguillos a prepararse para oficiar la misa.

Era un padre carismático, bonachón, gordo y colorado con una voz gruesa y estruendosa muy querido por la feligresía cartavina. Junto con él; otros párrocos, oficiaban misas, los padres Francisco y Querubín, todos italianos realizaban su labor pastoral en Cartavio.

Cerca de la hora de inicio de la ceremonia ingresaban los padrinos muy bien trajeados, con terno y corbata el padrino; y la madrina vestida elegantemente según la estación. El ahijado o ahijada de blanco simbolizando su alma pura y transparente. Los padres con sus hijos acompañados de familiares y demás invitados.

¡Que viva el padrino!

Los niños desde fuera gritaban a coro. Los padrinos inflaban el pecho y se ponían serios. Las madrinas y los padres sonreían, sabía que las vivas venía aparejada de una petición: El capillo.

Se iniciaba la misa y en medio de ella, porque duraba más de una hora, impacientes los niños se agolpaban en la puerta de ingreso y desde allí a voz en cuello, interrumpían la misa...

_ Padrino, ¡capillo!; padrino ¡capillo!

El padre Scarpassi dejaba el altar, salía y a cordonazo limpio los ahuyentaba y callaba. Su cara se ponía roja como un tomate por la interrupción. Los perseguía con su corpulenta humanidad. Pobre de aquel que cayera en sus manos. Con uno de esos nudos en su cuerpo o brazo los hacía revolcar de dolor dejándoles un moretón para toda la semana.

La misa proseguía y culminaba con el bautizo de los niños en la pila bautismal. Los padrinos y madrinas cargaban a sus ahijados mientras el párroco les iba rociando el agua bendita a las niñas y a los niños, les sumergía la cabeza dentro de la pila. Para terminar, la señal de la cruz, quedando de esta forma bautizados.

Afuera, los niños impacientes esperaban la salida de los padrinos con sus ahijados. Felices, contentos de haber cumplido con este sacramento que los convertía en compadres a los padres y padrinos y a los ahijados en hijos de Dios.

_ ¡Padrino, pata de candado!, ¡Padrino, pata de candado! ¡Capillo! ¡capillo! ¡sino se va a morir el ahijado!

El padrino metía las manos a sus bolsillos del saco y el pantalón y en medio de la expectativa general, pues ya venía preparado para la ocasión, sacaba puñados de monedas y los tiraba hacia donde estaban los niños. La gritería y algarabía era tremenda. Se tiraban al suelo, a recoger sus monedas. Monedas, de 0.5; 0.10 centavos. Se empujaban pero sin agresiones. uno a uno iban recogiendo sus monedas lo mejor que podían.

Al final de la tarea se sentaban en el parque para contar las monedas recogidas. Luego comparaban con la de los otros niños. Felices, contentos se retiraban a sus hogares con el botín del bautizo.

Así transcurría, siempre a la salida de la iglesia, los sábados, días de bautizo. A veces en los bautizos se realizaba el corte de pelo del ahijado o ahijada. Ponían su lacito de colores en la cabeza y los padrinos iban cortando su mechón y luego el resto de invitados. Cada mechón implicaba una colaboración económica, mayor eral la del padrino a quien al final les daban platos con gallina o cuy entero,...'para que lleve a la casa compadre'.

Antes del bautizo, se ponía el 'agua de socorro' para evitar que los duendes lleguen por las noches y se lleve al niño o niña".

       Este es mi Cartavio y una de sus tradiciones creo yo, ya perdidas.

Fuente escrita: Obra inédita titulada TRADICIONES CARTAVINAS de Juan Miguel Malca Aldana.





sábado, 4 de junio de 2016

Rojo y blanco en fiestas patrias

Existía mucho fervor patriótico en esas fechas. En todas las escuelas se recordaba la proclamación de la independencia del Perú.

Cartavio, tenía unas cuantas calles. En el sector antiguo de la hacienda, viviendas de tres piezas. Eran de adobe y techo de quincha, alumbradas con una bombilla, que en un principio sólo tenía una habitación y luego dos. Se apagaban en una determinada hora para que la gente duerma temprano y pueda madrugar. Después se construyeron casas de ladrillo y cemento.

En el Ingenio, de adobe y quincha. En la primera cuadra de la calle Unión eran viviendas amplias con un mejor acabado interno y externo. Allí vivían los jefes. Las viviendas se ocupaban de acuerdo al trabajo realizado en la empresa. En la calle Unión, los empleados. En Lucas León, los mecánicos, trabajadores calificados y especializados. En la calle Antero Aspíllaga, donde existía un bazar, los obreros de fábrica. En Salaverry y Calle Nueva la gente de campo y fábrica.

La calle Real siempre fue la calle principal. La gente salía a pasearse para ir a La Concordia que era un parque de tierra con bancas de madera y fierro, rodeadas de jardines con hermosas y olorosas flores, palmeras, ficus. Un jardín central con rosas rodeados de geranios, con su olor perfumaba el ambiente. Hermosos ficus se alzaban como fieles testigos de muchas historias, árboles que aún hasta ahora existen pero abandonados sin que se preocupen de ellos. A un costado el local de la Comisaría.

A lo largo de la calle se ubicaban tiendas de reconocidos comerciantes, Don Baldomero Gutiérrez, Don Santiago Wong. Por la calle Ferrocarril ingresaba el tren que venía de Trujillo, el vagón con dos compartimientos. En la 1era viajaba gente de recursos y altos empleados de la hacienda. En 2da clase viajaba gente con sus bultos, compras y animales. Estudiantes de secundaria que los sábados regresaban a sus casas.
Antiguo Mercado. Hoy Coliseo Cartavio. Calle Coliseo.

El viejo mercado, hoy Coliseo, amplio, bien distribuido. A un costado en la calle Proaño se ubicaban las vendedoras de comida en “La Ramada”. Famosos los desayunos de Doña Paula, Doña Cleofé. En la hoy calle Ferrocarril, vendían en plena vía pública. Allí atendía “Doña María” que vivía en Proaño, ella con sus hijas Leonila y Felícita preparaban, “a puro punche” uno sabroso chocolate con leche en una ponchera de acero inoxidable. De refilón, unos bistecs encebollados con rico pan de panadería. Algunos tomaban su café pasado oloroso y calientito. Todo era higiénico. Potajes que en mi niñez, alguna vez saboreé. En la esquina, del extremo de la Proaño con la Coliseo estaba la tienda del “chinito” Felipe Wong, un símbolo del barrio, con hijos peruanos. Fumaba todo el día “como chino viejo”. Siempre con su teterita de té y su taza en la que se servía durante el día. Hablaba un castellano muy mascado. … “como puliendo tu”. Con sus remedios para el mal “de ojo” y “de susto”.

La hacienda anualmente pintaba todas las calles y cada trabajador recibía su bandera con un asta para su vivienda.  Las calles y los techos de Cartavio eran un bosque de banderas. Llegando el día de celebración, frente a la iglesia, se concentraban cientos de alumnos y alumnas de la escuela de Varones y Mujeres del día y la noche. Todos correctamente uniformados. También se presentaban los “movilizables” completamente de blanco. Eran jóvenes que hacían su Servicio Militar en la población.

El discurso de ordena cargo de uno de los directores. Los profesores, estrenaban terno nuevo de casimir inglés. Las profesoras no se quedaban atrás y se confeccionaban ropa para la  ocasión. Había mucha solemnidad y respeto al acto celebratorio por parte de la población. El Himno Nacional se cantaba a viva voz, por todos los presentes, con encendido fervor patriótico. Nadie dejaba de cantar y resonaba en todo Cartavio. Los profesores de las escuelas eran empleados pagados por la empresa, recibían el mismo trato que los empleados: leche, raciones de arroz y carne.

Una vez iniciado el desfile, todos marchaban con pierna alzada, luciendo zapatos nuevos, muy brillosos, uniforme beige, limpio. Disciplinados y en orden, cara al frente, barbilla subida con su cristina bien puesta y seriedad manifiesta en el porte. En la noche había baile popular y social. El popular se celebraba en el mercado viejo. La orquesta era una de las mejore de Trujillo, escogidas entre Manongo Álvarez, Teófilo Álvarez, la Swing Mecker Band. También había cerveza y bocaditos. El brindis, previo al baile, lo realizaba en el Casino de Trabajadores don César Echandia.

Por las calles se vendía el rico chicharrón al paso, con su mote, bien preparadito. Pero lo que más destacaba en estas fiestas era el pan con chancho que vendía “Don Javier”, trabajador de la hacienda, natural de Yapa, Cajamarca. Don Javier Serrano, días antes escogía el chancho, lo preparaba con todos sus ingredientes, horneado en la panificadora. Salía a vender con un mandil blanco, como los chef de ahora, con su carrito de venta colocándose en un lugar estratégico. La cabeza de chancho, estaba visible, en un bandeja de loza blanca, bien doradita, tostadita, sabrosa que lo preparaba en un gran pan tostado con su lechuga. Crujiente al morderlo. En el desfile, la gente esperaba saboreando su pan con chancho…

¡Qué rico chancho!

Fuente escrita: Obra inédita titulada TRADICIONES CARTAVINAS de Juan Miguel Malca Aldana.
Foto: Miguel Núñez B.
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